viernes, 3 de abril de 2009

El ABC del Rgby

Equipo, unidades y jugadores, constituyen la estructura del Rugby.

Esa estructura es la que ejecuta el A-B-C.


“A” de Actitud y Aptitud.

Condiciones básicas, que seguramente todos pretendemos. La actitud es el querer y la aptitud es el poder.

El que QUIERE y PUEDE es CAPAZ

El que QUIERE y NO PUEDE debe CAPACITARSE

El que PUEDE y NO QUIERE debe RECAPACITAR.

La distancia entre el querer y el poder se acorta a través del trabajo. El entrenamiento templa y capacita, trabaja sobre el corazón, la cabeza y el físico.

¿Por que la actitud y la aptitud como condiciones de equipo?. Simple, porque la cadena se rompe por el eslabón más débil. No es la actitud y aptitud de un equipo la resultante de sumar la de sus integrantes, ni siquiera su media. La actitud y aptitud de un equipo la marca el más débil de sus jugadores. El mejor del mundo no cambia el destino de un equipo. Un equipo con fisuras en lo actitudinal o en su capacidad es vulnerable y su suerte depende del tiempo que tarden los rivales en descubrirlo.

“B” de Base de formación y Buena pelota.

Entendemos por Base de formación, la plataforma de un scrum, de un line out, la alineación en una salida, en la formación de los backs, etc., es decir, en las estructuras que hacen al lanzamiento del juego.

Pero también incluimos las estructuras que hacen al movimiento del juego. Las plataformas de maul y ruck, el “rombo” formado por el portador y sus apoyos externo, interno y axial, la célula defensiva sobre el punto de contacto. Los generadores, penetradores y señuelos, los tres de atrás, la organización defensiva, etc.

Definimos entonces, la Base de formación, como la estructura básica, estática o dinámica, necesaria para atacar con o por la pelota. Incluye lo que comúnmente llamamos posicionamiento, reposicionamiento y roles funcionales.

Si su Base de formación es buena le resultará sencillo jugar Buenas pelotas, tanto en la obtención como en la utilización y la recuperación. La Buena pelota es aquella que logra eficacia; la que se dispone rápidamente sobre el empuje de una formación, dando más y mejores opciones; la que logra “meterse” dentro del contrario con el debido apoyo desestabilizándolo; la que mantiene “on side” a mas jugadores propios que contrarios, significando una clara ventaja; la que se le “roba” al contrario en una formación o en el juego general, porque le quita iniciativa y posibilidades.


“C” de Confianza y Concentración.

La Confianza es lo que potencia al jugador. Un jugador que confía en sus posibilidades es positivo. Claro que para generar esa confianza habrá entrenado a conciencia, trabajado en el gimnasio y llevado una vida de deportista; pero también el entrenador le habrá hecho saber que puede (empatia). Obviamente, los excesos son malos y esto le cabe a la confianza. El jugador confiado en su justa medida es aquel que se mantiene concentrado en el partido, siendo capaz de relajarse en los momentos de pelota muerta.

La Concentración se puede trabajar, y poniendo la vista en la pelota es un buen comienzo. Generalmente la pelota es la señal de todo. Quien reconoce la señal a tiempo, se mueve primero, se anticipa, llega antes, toma la iniciativa... y eso es una ventaja enorme.



Y hay algo más....

Disciplina y Determinación.

Entendemos por Disciplina aquella alegre buena voluntad que ponemos para aportar lo mejor para lo mejor. Es muy pobre pensar que disciplina es solo orden y respeto... es eso y mucho más.

Es entender que si vale la pena hacer algo, vale la pena hacerlo bien.

La disciplina como “alegre buena voluntad” está emparentada con la pertenencia. Cuando uno ha generado sentido de pertenencia está en condiciones de aportar: cuando se siente satisfacción por aportar, se genera un orgullo, un orgullo bien entendido, el orgullo de pertenecer. Una división, un club, una unión... un equipo con orgullo podrá sufrir desgracias o la peor de las derrotas, pero siempre será un equipo.

Esa disciplina es el desinterés que debemos tener o, mejor dicho, el interés que debemos tener en que el bien general esté muy por encima de cualquier circunstancia personal.

Y en esto no hay lugar para excusas. Las miopías son perjudiciales. La visión que tengamos de nuestra pertenencia es determinante, y nuestra obligación, nuestra misión, es aportar al engrandecimiento del ámbito al que pertenecemos.

No hay comentarios: